La semana pasada publicábamos en nuestro blog una
noticia sobre los diez pilares del sistema educativo finlandés, publicada
originalmente en la web
aulaPlaneta. La noticia, además de poner un evidencia los problemas de un
sistema educativo como el español, demuestra que es posible un modelo (si no
idéntico) al menos similar al que proponemos los nacionalsindicalistas. A
continuación repasaremos esos diez pilares a los que aportaremos una breve
valoración sobre los problemas de nuestro sistema educativo.
“Los docentes son
profesionales valorados. La educación es una profesión con
prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la
sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación
complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo
que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales”
Como
nacionalsindicalistas defendemos un cambio de mentalidad y de valores para
crear una sociedad nueva. Dicho cambio no se producirá de la noche a la mañana
y necesitará del esfuerzo de muchos años por parte de los españoles. Y uno de
esos cambios más importantes será, sin duda, la elección de un oficio por
vocación en lugar de la simple recompensa económica. Por desgracia, no es
excepcional que en España muchas personas estudien Magisterio por las
expectativas de encontrar trabajo más que por su interés en instruir a las
futuras generaciones; así, la figura del maestro ha sido sustituida, en su
mayor parte, por meros profesionales que cumplen con su trabajo sin preocuparse
del alumno más allá del horario lectivo. Esto, sin duda, ha tenido algo que ver
con el descrédito de la profesión docente, que por otra parte también es
resultado de la pérdida de valores que vienen sufriendo las sociedades
occidentales desde hace décadas.
Desde el Frente
de Estudiantes Sindicalistas somos partidarios de que el sistema educativo
cuente con profesionales por vocación y no por las hipotéticas facilidades de
esta salida laboral. Por eso, consideramos que la formación universitaria debe
ir encaminada a formar verdaderos maestros y a desechar a los oportunistas;
retribuyéndoles el rango de autoridad moral que este sistema liberalcapitalista
les ha arrebatado.
“La educación es gratuita y,
por lo tanto, accesible a todos. El
sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita
entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se
paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una
comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el
niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar
y pagar el transporte”
El actual
sistema educativo español ofrece una teórica libertad de elección de los padres
a la hora de que sus hijos reciban la formación que a ellos les parece más
adecuada. Pero, en la práctica, esa libertad educativa no es más que otro
eufemismo para ocultar las diferencias económicas entre diferentes sectores de
la población. Por eso, los nacionalsindicalistas defendemos que el sistema
educativo español sea único y obligatorio, bajo la tutela del Estado y contando
con la colaboración de otras instituciones cuyo modelo educativo sea compatible
con los principios que defendemos; así podríamos garantizar una educación
accesible para todos y eliminar las injustas desigualdades económicas que
perpetua la actual división entre enseñanza pública, concertada y privada.
La implicación
del municipio finlandés en la organización y coste del transporte nos parece
muy positiva, ya que nuestro modelo defiende la colaboración entre municipios,
familias y centros educativos como mejor modo de garantizar la participación de
las asociaciones de padres y de los estudiantes en la vida pública.
“El reparto del dinero
público se hace de forma equitativa. Los
fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de
subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a las
necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias
para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial”
Compartimos este punto de
principio a fin como posible pilar del modelo educativo en un hipotético Estado
Nacional Sindicalista.
“El currículo es común pero
los centros se organizan. Cada escuela y sus
profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales
y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros
establecidos como mejor consideren”
Como
nacionalsindicalistas defendemos la autonomía de los centros educativos en
cuanto a su gestión, siempre y cuando la instrucción impartida sea compatible
con las directrices impartidas por el Ministerio de Educación (nos referimos,
claro está, a nuestro modelo). Un modelo educativo nacionalsindicalista no toleraría
la propaganda separatista o de ideología de género en sus centros, por ejemplo,
porque ambos pseudovalores son antagónicos a nuestro modelo de Estado y de
concebir la vida del ser humano.
“La educación se
personaliza. Desde los primeros cursos se interviene
para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que
sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de
fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de
las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen
ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a
que los conozcan mucho mejor”
La
personalización de la enseñanza, con el fin de mejorar las cualidades del
alumno y de corregir sus fallos o debilidades, también es compatible con el
modelo educativo nacionalsindicalista.
También nos
parece interesante la idea de que el mismo grupo de alumnos sea formado por los
mismos profesores durante la infancia, algo que desgraciadamente no ocurre en
nuestro país (donde es habitual ver a los alumnos cambiando de profesores cada
curso).
“Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma
en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no
comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera
maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los
estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15
minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer.
Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa”
Tomando en
cuenta estos datos, en España los niños comienzan la educación primaria a los 6
años, uno antes de lo ideal. Y su formación, por desgracia, se basa en
memorizar datos más que en asimilar conocimientos, provocando que todas esas
horas lectivas sean tiempo perdido.
En cuanto a
los deberes, es un debate que ya ha llegado a España y del que no podemos
permanecer al margen. Por nuestra parte, sólo diremos que en un sistema
educativo basado en la memorización de datos constituyen una pérdida de tiempo.
“Preparar la clase es parte
de la jornada laboral. Los profesores no imparten
tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el
aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones,
investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes”
Al igual que
sucede con los alumnos, el modelo educativo español debería replantearse cómo
aprovecha sus horas lectivas y no cuántas se imparten a lo largo de un curso.
Insistimos en que lo importante es aprovechar las horas de clase en beneficio
de la instrucción de los alumnos, así también tendría sentido el trabajo de los
profesores.
“Se evita la competencia y
las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes
ni reciben calificaciones hasta 5º curso (11 años) y los informes que el
profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos”
Este es otro nuevo debate del que
no deberíamos permanecer al margen; pero, como estudiantes
nacionalsindicalistas, por ahora nos limitaremos a reconocer que, mientras el
modelo educativo sea compatible con el Estado Nacional Sindicalista, veremos de
manera positiva tanto la práctica de los exámenes como su exención. Creemos que
corresponde a los profesores decidir cómo evaluar a los alumnos de primaria en
beneficio de una mejor instrucción.
“Se premia la curiosidad y
la participación. La imaginación y la capacidad de
emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los
profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e
ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad,
la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las
lecciones magistrales”
Frente al
modelo uniformador del actual sistema educativo, el Frente de Estudiantes
Sindicalistas apuesta porque en el futuro sistema sea compatible la instrucción
impartida por el Estado con el desarrollo de la vocación y las mejores
aptitudes del alumno. Al contrario que el sistema liberalcapitalista, no
queremos ciudadanos sumisos sino personas con espíritu crítico y que piensen
por sí mismas.
“Los padres se implican. La
sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la
complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que
reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que
dispongan de más tiempo con sus hijos”
Insistimos en que sin un cambio
de mentalidad y de valores no será posible la transformación radical de nuestro
país ni del sistema educativo. No creemos que Finlandia sea un paraíso en
materia educativa (como país occidental, padecerá sin duda los mismos problemas
que el resto de nuestro entorno geográfico) pero su modelo educativo es
envidiable en comparación con el español. La participación de las familias en
la gestión de los centros educativos y en la formación académica y
extra-académica de sus hijos será fundamental si pretendemos aspirar a otra
España.