martes, 18 de agosto de 2015

Comparación entre el modelo educativo finlandés y el nacionalsindicalista


La semana pasada publicábamos en nuestro blog una noticia sobre los diez pilares del sistema educativo finlandés, publicada originalmente en la web aulaPlaneta. La noticia, además de poner un evidencia los problemas de un sistema educativo como el español, demuestra que es posible un modelo (si no idéntico) al menos similar al que proponemos los nacionalsindicalistas. A continuación repasaremos esos diez pilares a los que aportaremos una breve valoración sobre los problemas de nuestro sistema educativo.

Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales
Como nacionalsindicalistas defendemos un cambio de mentalidad y de valores para crear una sociedad nueva. Dicho cambio no se producirá de la noche a la mañana y necesitará del esfuerzo de muchos años por parte de los españoles. Y uno de esos cambios más importantes será, sin duda, la elección de un oficio por vocación en lugar de la simple recompensa económica. Por desgracia, no es excepcional que en España muchas personas estudien Magisterio por las expectativas de encontrar trabajo más que por su interés en instruir a las futuras generaciones; así, la figura del maestro ha sido sustituida, en su mayor parte, por meros profesionales que cumplen con su trabajo sin preocuparse del alumno más allá del horario lectivo. Esto, sin duda, ha tenido algo que ver con el descrédito de la profesión docente, que por otra parte también es resultado de la pérdida de valores que vienen sufriendo las sociedades occidentales desde hace décadas.
Desde el Frente de Estudiantes Sindicalistas somos partidarios de que el sistema educativo cuente con profesionales por vocación y no por las hipotéticas facilidades de esta salida laboral. Por eso, consideramos que la formación universitaria debe ir encaminada a formar verdaderos maestros y a desechar a los oportunistas; retribuyéndoles el rango de autoridad moral que este sistema liberalcapitalista les ha arrebatado.

La educación es gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte
El actual sistema educativo español ofrece una teórica libertad de elección de los padres a la hora de que sus hijos reciban la formación que a ellos les parece más adecuada. Pero, en la práctica, esa libertad educativa no es más que otro eufemismo para ocultar las diferencias económicas entre diferentes sectores de la población. Por eso, los nacionalsindicalistas defendemos que el sistema educativo español sea único y obligatorio, bajo la tutela del Estado y contando con la colaboración de otras instituciones cuyo modelo educativo sea compatible con los principios que defendemos; así podríamos garantizar una educación accesible para todos y eliminar las injustas desigualdades económicas que perpetua la actual división entre enseñanza pública, concertada y privada.
La implicación del municipio finlandés en la organización y coste del transporte nos parece muy positiva, ya que nuestro modelo defiende la colaboración entre municipios, familias y centros educativos como mejor modo de garantizar la participación de las asociaciones de padres y de los estudiantes en la vida pública.

El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial
Compartimos este punto de principio a fin como posible pilar del modelo educativo en un hipotético Estado Nacional Sindicalista.

El currículo es común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren
Como nacionalsindicalistas defendemos la autonomía de los centros educativos en cuanto a su gestión, siempre y cuando la instrucción impartida sea compatible con las directrices impartidas por el Ministerio de Educación (nos referimos, claro está, a nuestro modelo). Un modelo educativo nacionalsindicalista no toleraría la propaganda separatista o de ideología de género en sus centros, por ejemplo, porque ambos pseudovalores son antagónicos a nuestro modelo de Estado y de concebir la vida del ser humano.

La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor
La personalización de la enseñanza, con el fin de mejorar las cualidades del alumno y de corregir sus fallos o debilidades, también es compatible con el modelo educativo nacionalsindicalista.
También nos parece interesante la idea de que el mismo grupo de alumnos sea formado por los mismos profesores durante la infancia, algo que desgraciadamente no ocurre en nuestro país (donde es habitual ver a los alumnos cambiando de profesores cada curso).

Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa
Tomando en cuenta estos datos, en España los niños comienzan la educación primaria a los 6 años, uno antes de lo ideal. Y su formación, por desgracia, se basa en memorizar datos más que en asimilar conocimientos, provocando que todas esas horas lectivas sean tiempo perdido.
En cuanto a los deberes, es un debate que ya ha llegado a España y del que no podemos permanecer al margen. Por nuestra parte, sólo diremos que en un sistema educativo basado en la memorización de datos constituyen una pérdida de tiempo.

Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes
Al igual que sucede con los alumnos, el modelo educativo español debería replantearse cómo aprovecha sus horas lectivas y no cuántas se imparten a lo largo de un curso. Insistimos en que lo importante es aprovechar las horas de clase en beneficio de la instrucción de los alumnos, así también tendría sentido el trabajo de los profesores.

Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos
Este es otro nuevo debate del que no deberíamos permanecer al margen; pero, como estudiantes nacionalsindicalistas, por ahora nos limitaremos a reconocer que, mientras el modelo educativo sea compatible con el Estado Nacional Sindicalista, veremos de manera positiva tanto la práctica de los exámenes como su exención. Creemos que corresponde a los profesores decidir cómo evaluar a los alumnos de primaria en beneficio de una mejor instrucción.

Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales
Frente al modelo uniformador del actual sistema educativo, el Frente de Estudiantes Sindicalistas apuesta porque en el futuro sistema sea compatible la instrucción impartida por el Estado con el desarrollo de la vocación y las mejores aptitudes del alumno. Al contrario que el sistema liberalcapitalista, no queremos ciudadanos sumisos sino personas con espíritu crítico y que piensen por sí mismas.

Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos

Insistimos en que sin un cambio de mentalidad y de valores no será posible la transformación radical de nuestro país ni del sistema educativo. No creemos que Finlandia sea un paraíso en materia educativa (como país occidental, padecerá sin duda los mismos problemas que el resto de nuestro entorno geográfico) pero su modelo educativo es envidiable en comparación con el español. La participación de las familias en la gestión de los centros educativos y en la formación académica y extra-académica de sus hijos será fundamental si pretendemos aspirar a otra España.