Nunca podrá
denunciarse lo suficiente el enorme error de los gobiernos socialistas y
populares otorgando la competencia educativa a las Comunidades Autónomas. En
algunas regiones, los insaciables separatistas han utilizado tan generoso
regalo de la clase política para inculcar el odio de los más jóvenes a España,
a su Historia y a su cultura. Que corramos el riesgo de convertirnos en un
Estado fallido es consecuencia de semejantes políticas suicidas, que por
desgracia ninguno de los grandes partidos parlamentarios desea cambiar.
Uno de los
peores hábitos de los separatistas en materia educativa ha sido convertir la
lengua en un arma política. El castellano, lengua común de todos los españoles,
se ha visto marginado en algunas autonomías y con menos horas que otros idiomas
extranjeros, como es el caso del inglés. Triste, pero cierto: España es un país
donde la lengua común de sus habitantes es condenada al ostracismo dentro de su
sistema educativo.
En medio de la
deriva golpista de la Generalitat de Cataluña, sus agentes no cesan de promover
un colonialismo que pretende apropiarse de identidades culturales vecinas.
Sucede en Valencia, donde los catalanistas consideran al valenciano como un
derivado del catalán; sucede en Baleares, y ahora también han puesto los ojos
en Aragón. Con el mismo método que en otras regiones, los separatistas buscan
echar el anzuelo sobre los más jóvenes y asimilarlos en su esquizofrenia de
naciones inexistentes. De lo contrario, no se comprende que un habla (el
chapurriau) de la comarca limítrofe entre Aragón y Cataluña sirva como excusa para
adoctrinar a los niños en las escuelas primarias ofreciendo agendas que
pretenden usurpar el habla de la zona como si de catalán se tratara.
El Frente de
Estudiantes Sindicalistas denuncia la apropiación indebida de la cultura de
varias regiones por parte del separatismo catalán. Los estudiantes falangistas
valoramos todo rasgo de identidad cultural de nuestra nación y no callaremos
ante su instrumentalización política por parte de aquellos sectores que pretenden
destruir la unidad de España.